Extracto de la charla de José Luis ALONSO DE SANTOS en el ciclo de conferencias de la Asociación de Profesores de Español. En Santander.

Escrito: Mª del Pilar Benedicto Vega

Coincidiendo con la Semana del Libro, José Luis Alonso de Santos visitó Santander y varios Institutos de nuestra comunidad. Los alumnos del grupo de lectura de nuestro centro se acercaron al IES Ría del Carmen con la ilusión de encontrarse con el escritor que ellos mismos habían elegido este curso para el Taller de Lectura. Aprovecharon la salida para conocer la Biblioteca de La Vidriera.

                        

Alonso de Santos dio una charla en el ciclo de conferencias ofrecido por la Asociación de Profesores de español.
A continuación recogemos un pequeño extracto de la charla en la que José Luis Alonso de Santos nos habló desde su trayectoria como profesor, además de como creador dramático.

                  He sido el encargado de las enseñanzas artísticas de toda España.: enseñar es un privilegio, los profesores ayudan a la gente a comprender el mundo. En el mundo de los basureros, hemos de ser jardineros que cuidan los jardines con amor, pasión, generosidad.

                Enseñar y aprender no es difícil, lo difícil es enseñar y aprender bien: el que tiene relación afectiva, enseña a ser afectivo; el que rechaza, enseña a rechazar. La filosofía de la vida la transmitimos consciente o inconscientemente. Pero a veces las ansias nos hacen tirar de la planta hasta arrancarla. Hay que sacar lo mejor de cada uno, pero con ¡paciencia!

               Hemos de tener fe en nuestro trabajo y sentido de futuro. Los alumnos buscan materiales como forma de aprender, avanzar en el desarrollo personal. Tenemos que eliminar los tópicos, el 70% de lo que se escribe en los libros de teatro y de arte no sirve para nada.
              El profesor tiene que hacer lo complejo sencillo, lo que no se entiende es porque está mal escrito. Y si los demás no lo entienden, es que no lo entiende ni el que lo explica: son palabras huecas para llenar espacios sin conocimiento. Hay que encontrar la metáfora adecuada para explicar. Los profesores somos intérpretes de interpretaciones. Y tenemos que crear el clima positivo, destruir es muy fácil.

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                 La literatura está inevitablemente relacionada con la emoción y la pasión a través de la palabra. La primera obra occidental no religiosa (La Iliada) canta una pasión, la cólera. Y la primera tragedia que se conserva se titula Las suplicantes, por sus luchas, conflictos y sufrimientos.

                 El teatro contiene los mismos conflictos y pasiones de la vida, pero sin la rutina. Si le quitas a la vida la rutina, queda el teatro. En la vida hay que tener rutina, porque eso es la normalidad, si viviéramos continuamente emociones estaríamos neuróticos. La emoción pertenece a etapas primitivas de la humanidad, acabará desapareciendo... Y el arte es una puerta al infinito, a ese mundo infinitamente más grande que el nuestro. Como dijera Kant, “conciencia de finitud, exigencia de lo absoluto”.

                 Para escribir, apréndete palabras, millones de palabras. Yo no tengo ideas, es un cúmulo de conocimientos y de materiales… El amor debe ser por los materiales pero no por el resultado.

                El autor debe esforzarse por gustar. Primero, la naturaleza le da un don; segundo, necesita trabajo; tercero, que la sociedad le acoja.

               Lo que importa no es lo que dice el autor sino lo que dice la obra. Porque el autor cambia de opinión. El otro día leí en El Cultural: “Unamuno era un anarquista” y yo me digo: ¿cuándo? Lo sería un día, un año, y punto... La obra de Lope de Vega El Caballero de Olmedo triunfa, y Cervantes exige la censura de Lope por vulgar...
               La gente critica los programas de la televisión...: Antes, en vez de cambiar de canal, echaban un tronco al fuego, o se emborrachaban. Nadie sabía leer, solo sabían leer en los conventos; en los pueblos, jamás se leía...,  y la gente se moría de hambre.
            Las etiquetas son convencionalismos del momento: "El teatro de minorías" lo inventaron los que no tenían público; "teatro comercial" es como se le llama al teatro cuando está lleno. Los gustos cambian, todo es relativo, pero cuando todo el mundo dice que el niño canta bien es que es verdad… Y el teatro es una forma de expresión, pero también es una forma de sobrevivir. Como dijo Picasso, “yo no pinto para vender, pero vendo lo que pinto”.

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¿Qué es el humor para ti?

                       Un lenguaje, unos materiales que tratan de comunicar una euforia. El humor no rehúye el sufrimiento, la pasión de vivir tiene un componente eufórico, divertido. Es una salida no heroica del conflicto,  pero ayuda a sobrevivir a la gente normal. 

                        A los intelectuales no les gusta la comedia precísamente por eso,  porque carece de actitudes heroicas, pero es más humana, al hombre le ayuda. Los escritores de comedia, en cambio, defienden lo que hacen porque tiene algo de analgésico, la comedia templa los ánimos, trivializa, te dice que no es para tanto lo que te ocurre.

                     Díaz Canedo (el más importante de la crítica teatral), cuando vio la representación de La venganza de Don Mendo, dijo: “reí a carcajadas, ¿cómo pude ceder a mis bajos instintos?, volví a casa avergonzado". Pues cuando seas mayor, te acordarás...

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                    En la creación artística, como en la vida, hay dos tipos de seres, los que llegan con las maletas vacías a ver lo que sacan y los que llegan con las maletas llenas para regalar. La vida es recelosa con los primeros y generosa con los segundos. Al arte y a la vida hay que llegar para regalarle, no para recibir.